sábado, 3 de marzo de 2012

lunes, 7 de febrero de 2011

¿Por qué?

Por qué fingir que soy de hierro, cuando sólo soy un hielo,
que se derrite con un "te quiero" y se hace agua por el "te espero".

Por qué dejarle el olvido al viento, si hasta el aire no lo siento,
lo ahogué con humo de cigarrillo y con una varilla de incienso.

Por qué aparentar rudeza, si en esencia soy sutileza,
mi alma es carencia y mi actuar torpeza.

Por qué seguir pensando, por qué seguir evitando,
si todo se hace recordando y el dolor se va olvidando.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Escapar

Se siente y se ve tan segura, no puede ni debe dar paso atrás. 

Ha conseguido lo que otros codiciaban, edificó los castillos volátiles de su interior.

Hace unos días volvió a rezar, nada fue suficiente, su ambición va más allá. 

El ardor se encuentra puertas afuera, en caminos conocidos.

Pasa por fuera de su edificio, le canta lo que suene en la radio, fuma cuatro cigarrillos, le entrega una consigna disfrazada de propuesta…

Ven, Vete, Me Largo, Nos vamos… Si puedes abandonar la cordura, yo me encargare de someter tus vaivenes.
Ven, Huye, Sígueme, Vamos… Si logras dejar la quietud prometo no dejarte en paz.

Cuando baja, la mira y agacha la cabeza, no queda nada por que orar, se le esta dando la oportunidad.

Eso durará hasta que el piano deje de sonar.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Primera Parte


La conocí hace tanto tiempo que no recuerdo donde fue, lo único que se es que yo era un soldado norteamericano y ella una bella china de nombre extraño. La mataron por mi culpa, me ayudo en mi huída, yo la llore por muchos años y trate de hacer justicia.
Hace unos años, sin saberlo,  me la encontré en esta vida. Llevaba el pelo corto y la cara desteñida. Lucía inteligente, desquiciada, insegura, confundida. Me atrajo de inmediato, sin saberlo, sin quererlo.
Seguimos viéndonos  durante mucho tiempo. Nos topábamos en reuniones de amigas, en la calle,  yo siempre corría a abrazarla…
En uno de tantos encuentros me di cuenta de quien era, vi esos ojos pequeños que se hacen grandes cuando se emociona, vi su boca que esta vez era tan rosada, hermosa, deliciosa…

Hacia Sabella


Quedamos de reunirnos en la tarde, cerca del improvisado motel al aire libre de la capital. Me esperaba en una desolada salita de la biblioteca nacional. Escogió un caluroso día de verano para hacer efectivo nuestro encuentro, yo no estaba preparada, me aviso minutos antes y me halló con la espalda sudada. Este día no fue escogido al azar, lo prefirió por su aridez,  por su  gusto a norte, por lo similar de un día en su Antofagasta natal.
No lo vi físicamente, no tuve el placer de conocerlo. Si nos encontráramos de manera material, de carne y hueso, él modificaría el espacio tiempo. Saldríamos en la noche a deambular por la calle Bandera, me llevaría al bar de San Pablo. El comería puré con chorizos acompañado por una copa de vino. Dibujando en sus servilletas imitaría a Picasso y me contaría mil y una historias de su norte querido.
No lo vi en cuerpo, pero si en alma. Me tuvo atrapada por horas en la salita desolada. En el silencio y sobre una mesa bien lustrada, un hombre amable resguarda los recuerdos de este creador incansable.  En un sobre de papel café oculto en un estante de madera están sus obras, no las que dejo escritas, pero si, las que fundó en las mentes de amigos escritores y poetas.
Hombre de nariz prominente, entradas vastas,  cejas arqueadas y manos siempre ocupadas. Pude ver tu figura en fotografía de periódicos desgastadas.
Andrés, hijo de joyero. Seguiste la tradición de tu padre, no con piedras preciosas ni metales, pero con rimas y docto lenguaje. Representaste realidades y sueños a través de palabras convertidas en imágenes. Fuiste generoso y creaste poemas para todas las edades. Si Gabriela te celebró, como no habría de hacerlo yo.
Sabella, Noble varón de alturas y bizarrías. Te conocí mediante recortes. Hombre de cuatro rumbos indecisos, con el caballo en tu mano. No solo me mostraste tu norte grande, también tu Chile, fértil provincia. Ahora que te conozco, quiero conocerte. Ahora que te leo, quiero seguir leyéndote.



martes, 1 de diciembre de 2009

Porque un cuento añejo, tiene derecho a la reinvención


En la comuna de El Bosque
Lobo Devoró a Nieta y Abuela
Cazanoticias logra salvarlas


Hoy a las 19:46 en la Comuna de El Bosque, ocurrió un singular acontecimiento. La menor identificada con las iniciales C.R.G. de 10 años y su abuela la Sra. María Ester Pereira de 70 años, fueron devoradas por un Lobo.

En la mañana de hoy, la madre de la menor Caperuza Gonzalez, envío a su hija donde la abuela de esta, para entregarle frutas de la estación que ambas habían comprado en la Vega central. Al llegar la niña a la avenida La Matan 1939 de la comuna de El Bosque, se encontró con lo que parecía ser la anciana.

Según declaraciones de la menor, entregadas a carabineros de la 39a. Comisaría, la supuesta mujer, se encontraba tendida en la cama, completamente tapada y su rostro estaba deforme. Al ver esto, la menor comenzó a interrogarla sobre su aspecto, la ultima pregunta que le realizó fue, “Abuelita, ¿por qué tienes esa boca tan grande?” A lo que el lobo disfrazado de la abuela respondió: ¡Para comerte mejor! Seguido, el lobo devoró por completo a la niña en un audaz mordisco.

Dentro del estomago del animal, la pequeña pudo ver que su abuela, también se encontraba allí y juntas comenzaron a gritar desesperadamente.

Un cazador de noticias que pasaba por el lugar escuchó los gritos, se metió por la ventana de la casa y fotografió al lobo. Éste que era foto-fóbico, se mareo con el flash de la cámara y cayó de estomago sobre el velador de la habitación. Con el golpe, el lobo vomitó a las victimas sobre la alfombra.

El Caza noticias de nombre Antonio Fuentes de 35 años, trasladó a las víctimas a la 39a. Comisaría de El Bosque, en donde constataron lesiones.

El lobo se encuentra prófugo a pesar del pronto aviso dado a carabineros. La policía ha publicado la foto tomada por el caza – noticias y ha solicitado a la comunidad, informar sobre cualquier dato acerca del paradero del animal.

S E   B U S C A







lunes, 30 de noviembre de 2009

Retrato de un día. Hecho en un día


Algo que escribí hace un tiempo para mi queridísimo profesor Capello. Esta adaptada para todo tipo de público y sin duda es perfecta para comenzar este nuevo blog.

Retrato de un día.
Una música estruendosa logra despertarla, entre desgano y bostezos alcanza el celular presionando el botón que calla la voz de la ambigua y excéntrica Lady Gaga, siempre ha sentido curiosidad por lo poco común y por lo mismo ha tratado de no parecerse a nadie más, digo a nadie más porque a ella siempre le dicen que físicamente es igual a su mamá.
Si bien ya es hora de salir de la casa, ella se lo toma con calma. Observa el paisaje que le entrega su habitación, un exceso de muebles de madera en distintas tonalidades la acorralan, papeles con palabras ilegibles, cuadernos que tienen por lo menos cuatro materias de ramos distintos y todo tipo de productos para el cabello, ella confiesa sentir una gran obsesión por su pelo algo que es ilógico, porque suele llevarlo muy corto.
En el suelo al lado de una alfombra que era blanca se encuentra su notebook recién estrenado, por el constante uso que le da, de seguro es el mejor lugar donde podría estar. Ella creció y nació con la tecnología y siente una gran atracción por ella, su padre se la impuso desde niña, siempre rodeado de cables, circuitos y placas de algún tipo, de las pocas veces que han compartido la mayoría ha sido en medio de un montón de aparatos metalizados.
Pone sus pies sobre la alfombra improvisada, se estira, mira sus manos y enciende el televisor comenzando una nueva jornada mientras escucha el morbo del canal privado, se anima a salir, camina despacio y baja cuidadosamente por la estrecha y ruidosa escalera, logra encender el calefón que se encuentra contiguo a la puerta trasera, se lamenta de que este sea automático, extraña el olor a pólvora que emanan los fósforos antes de fallecer por un soplido. Se aproxima a la ducha y deja que el agua hirviendo le queme la espalda, este momento es uno de sus favoritos en esos 20 minutos piensa lo que hizo, lo que no y lo que hará mañana.
Después de la ducha, vuelve a hacer sonar las maderas que la devuelven a su habitación, en el pasillo un Ángel de alas tatuadas y manos de artista la saluda al pasar, mujer voluptuosa de cabello castaño que es su compañera en la aventura de dejar a la familia atrás.
Nuevamente y sin prisa escoge con detalle la ropa que usará, trata de llevar siempre algo combinado y casual, aunque sabe que en su trabajo le exigen vestirse de modo más formal, poco le importa, tiene su estilo, recuerden que no le gusta parecerse a nadie más. Ya vestida se mira al espejo  que tiene sobre el gordo televisor, trata de encontrar la belleza arrebatada por las horas de sueño faltante y por la bohemia que lleva en la sangre. De repente la responsabilidad la hace retornar de su letargo, ya son las 8:40 y debe estar sentada en su escritorio a más tardar a las 9:15. Corre hacia a la puerta de salida, se despide de su compañera y de su leve descanso, trata de cerrar con prisa el candado oxidado.
Se lanza a correr con cuidado por las calles recién pavimentadas de la pre cordillera, acelera aún más su tranco cuando ve el microbús 305 que la deja afuera del metro Los Presidentes línea morada, al llegar de forma perezosa opta subir al metro por el ascensor, siente culpa,  pero la hora amerita un poco más de prisa. Se sube al metro, escucha la música que guarda y renueva contantemente en su mp4, simula que canta y se mira en las puertas del carro, se baja en Plaza Egaña, corre hacia la 505 y lucha con la gente que no les da el asiento a las señoras ancianas, mira con detalle las casas y lugares de la avenida Irarrázaval, es una de sus calles favoritas y le alegra pasar por ahí cada vez que se dirige o regresa de su lugar de estudio y trabajo.  
Llega a Salvador y saluda a los hombres que resguardan y amenizan la puerta de entrada de la universidad, dan las nueve y treinta, media hora tarde pero su jefa sonríe al verla llegar. Fernanda  guarda en secreto el enorme agradecimiento que le tiene a ese lugar, antes de llegar a trabajar, no tenía esperanzas de poder estudiar, el dinero no alcanzaba y la frustración la consumía, no podía desarrollar su vocación y tampoco olvidarla porque a través de diarios y revistas el periodismo la llamaba con ironías. Llegó a trabajar por solicitud y respaldo de una gran amiga, con el trabajo llego el dinero, las becas, el estudio, el cambio, las letras y la tranquilidad.
El trabajo y el estudio le cambiaron su panorama de vida, ahora ya no lucha con la frustración ni con el piso de las discotecas y bares que con alta frecuencia solía visitar en sus días de adolescencia y pereza, sino con la falta de energía, con la falta del amor de familia, con la dualidad de su cerebro plagado de comunicación y pseudo ingeniería, aunque  definitivamente la lucha más grande es con los kilos demás, al ponerse a trabajar dejó el deporte y con eso su musculatura, su cintura y la falta de ansiedad. Aunque tiene poco tiempo intenta dividirlo de la mejor manera, siempre deja espacios para amores venideros, para amigos estables y también pasajeros, para su familia que trata con frecuencia visitar, tarea muy difícil ya que debe visitar tres casas para poder ver a su abuela a su madre y a su papá.
 En la oficina ama escuchar música a todas horas del día, sin ella no se logra concentrar y abstraerse de los demás. A pesar de su corta edad en comparación con su equipo de trabajo, sabe cómo hacerse respetar, a punta de investigación, recuerdos y vivacidad logra sopesar la falta de estudios para el trabajo de informática que realiza en la recién creada dirección de planificación estratégica de la universidad.
Baja a fumar tres a cuatro veces en el día, hoy hubo reunión, por lo cual las colillas de duplicaron. Finaliza el día laboral, se toca su corto y rubio cabello y lo desordena un poco más, mira el retrato de Madonna que tiene pegada en la pared de su oficina, levanta su bolso tirado en el suelo, busca su mp4, espera la pantalla que le dice “Welcome”, se coloca los audífonos mientras se despide de sus compañeras de lunes a viernes, baja apresuradamente la escalera, ya es hora de clases y se tiene que fumar otro cigarrillo antes de entrar. En las afueras del pasillo consume 7 mg. de alquitrán, 0.7 de nicotina y 7mg. de monóxido de carbono, la mezcla perfecta para calmarla y también para de a poco matarla.
Al subir cuatro pisos se encuentra con su sala de clases, compañeros de edades variadas y de amplias sonrisas le besan la mejilla, aunque se siente feliz  junto a ellos siente un poco de melancolía, le gustaría dedicarse solo a estudiar,  con 22 años en el cuerpo le gustaría compartir más con gente de su edad.
Terminan las clases y vuelve a fumar, toma el microbús junto a un compañero que se baja en la misma estación del metro. En media hora deja de pensar, solo espera llegar a su casa, comer y conversar. Su compañera la recibe y le sirve una taza de té, cuatro cucharadas lo endulzan y unas hojitas de cedrón lo vuelven a amargar, un pan con jamón de pavo un poco de margarina y nada más.
Se acabo el día hace un buen rato pero ella sigue en pie, se sienta sobre su plumón rojo, realiza trabajos, escribe, ve fotos y correos en su notebook, programa la alarma, se recuesta de espaldas, solo una sudadera blanca y un par de pantaletas cubren sus pechos y caderas poco abultadas, coloca la cabeza sobre su plana almohada, veinte minutos para pensar, cuatro para reflexionar, uno para bostezar y cuatro horas para soñar.
Fernanda./